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Perspectiva Ciudadana
Por varios siglos, el hombre se ha preguntado qué determina la orientación sexual de las personas. Desde las civilizaciones más antiguas se han conocido conductas homosexuales entre las personas, sin embargo, no se había estudiado las causas de estas ocurrencias. De hecho, el término homosexualidad fue utilizado por primera vez por David Halperin en un folleto de salud publicado en Leipzig, Alemania en 1869. Desde ese momento comenzó un debate que ha llegado hasta nuestros días. Durante todos estos siglos, la ciencia se ha debatido entre la definición de la homosexualidad como una conducta condicionada por el medio o una condición biológica irreversible.
Los estudios primeros estuvieron influenciados, por supuesto, por la forma de pensar de la época. En 1940, la homosexualidad era considerada una patología que podía ser tratada y cambiada. Los homosexuales eran considerados enfermos mentales y en 1956 cuando el primer estudio científico serio fue llevado a cabo. La doctora Evelyn Hooker se encargó de estudiar a 37 homosexuales desde sus casas, sus trabajos y la vida normal que llevaban. Fue el primer estudio que no estuvo dirigido desde un manicomio o desde la cárcel. La investigación de Hooker, realizada en Chicago, demostró que la homosexualidad no era una patología ya que los sujetos estudiados no sufrían de ninguna otra enfermedad y estaban en control de todas sus funciones mentales.Pero los estudios no continuaron. Por mucho tiempo el tema de la homosexualidad era muy controversial para su estudio y fue en 1980 cuando el término “preferencia sexual” fue definitivamente cambiado a “orientación sexual” porque ya se iniciaba el pensamiento que predomina ahora y que comenzó en un laboratorio donde los sujetos eran moscas. Pero antes de que la genética se apoderara del estudio de la homosexualidad, existieron muchas investigaciones que estudiaron las hormonas y la exposición hormonal del feto en el vientre materno. También se realizaron exámenes comparativos a los cerebros femeninos, masculinos y homosexuales pero las diferencias encontradas no tenían que ver con la orientación sexual de las personas.
Bailey y Pillard
En 1963, Kulbir Gill estudiaba la fertilidad femenina en la Universidad de Yale. Gill expuso a las moscas a los rayos X y detectó que las crías de éstas preferían cortejar a otros machos. Diez años después, el biólogo Jeffrey Hall continuó con estos estudios en la Universidad de Brandeis, la búsqueda por el gen homosexual había comenzado. Michael Bailey y Richard Pillard son dos de los autores más importantes en esta materia. Ambos trabajaron juntos y de forma independiente en varios experimentos sobre la herencia y la homosexualidad. Entre los resultados encontraron un gen mutado en el cromosoma X en varones homosexuales. La unidad mutada se conoce como q28 y es transmitida por la madre. Otro de los importantes estudios de estos investigadores confirmó distintivamente que gran parte de la conducta homosexual se hereda.Los investigadores estudiaron un grupo de gemelos idénticos u homocigotos, gemelos no idénticos o heterocigotos y hermanos adoptivos. Los investigadores descubrieron que entre los gemelos idénticos la incidencia de homosexualidad para ambos es de un 70%, para los heterocigotos de un 22% y para los hermanos adoptivos de un 11%.
Estudio de CenismiDe la misma forma, el doctor Hugo R. Mendoza, del Centro nacional de Investigaciones en Salud Materno Infantil CENISMI, estudió la ocurrencia de la homosexualidad en nueve familias dominicanas para determinar la incidencia hereditaria.“La observación de las nueve familias estudiadas pone de manifiesto la existencia de una tendencia homosexual expresada en algunos individuos, sin especificar un factor hereditario determinado”, explicó Mendoza en el Boletín Científico de Cenismi de Enero-Abril de este año donde fue publicado el estudio. “Los hallazgos genealógicos señalan la evidente tendencia hereditaria del fenómeno así como su obediencia potencial a cambios genéticos aún no aclarados, apoyado por el hallazgo de la mutación genética GAY-1 en homosexuales masculinos y localizados en el locus Xq28, de alta prevalencia en la población en general (11%) y que a pesar de la controversia respecto al mismo, como factor determinante de la homosexualidad masculina, no deja de reforzar la organicidad de la situación homosexual”, agregó el galeno.“Las evidencias de existencia de factores hereditarios en los homosexuales suscita estudios más precisos no sólo clínicos sino moleculares, sin dejar de reconocer las dificultades sociales, culturales y éticas para su estudio”, concluyó el doctor en su estudio.Incidencia de la homosexualidad en las familias estudiadasFamilia 1: se encontraron dos homosexuales, el padre y el hijo varón. Familia 2: tres personas homosexuales, el padre, un hijo y una hijaFamilia 3: padre e hijo eran homosexualesFamilia 4: cuatro miembros homosexuales, un hijo, una hija, un tío materno y una prima paterna.Familia 5: dos homosexuales, una hija y un tío materno.Familia 6: dos miembros, una hija y un tío materno.Familia 7: dos homosexuales, una lesbiana y un tío materno.Familia 8: un tío y una sobrina. Familia 9: un tío paterno y un sobrino.
Estadísticas y resultadosDe los 92 familiares estudiados, 14 resultaron homosexuales masculinos (15%) y siete resultaron homosexuales femeninos (8%). Siete de las nueve familias tenían homosexuales de uno y otro sexo y cinco de las familias estudiadas tenían un tío homosexual. “Determinamos que en cinco de estas familias el gen era pasado a través de la madre, es decir, herencia materna. De ahí concluimos que la conducta homosexual es hereditaria al ser influenciada por factores genéticos. El presente estudio evidencia la frecuencia de tíos paternos homosexuales observados en cuatro de las familias estudiadas (44%); y en cinco de ellas se observa una transmisión materna (55%). El hecho de la evidente variabilidad hereditaria apoya, por otra parte, lo heredable de la homosexualidad aún sin que conozcamos aún el factor genético preciso.
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