LA UNIDAD EN LA POLITICA
Romeo Ortega Lopez
Fuente: Heraldo de Chiapas

Desde que fue ungido como precandidato del Partido Revolucionario Institucional, el licenciado Enrique Peña Nieto se desenvolvió en un ambiente que dio muestra de una granítica unidad en torno a su persona. En su gran mayoría los militantes lo respaldaron al igual que los sectores del PRI.
No siempre se ha conservado la unidad inicial de determinado acontecimiento político porque se da el caso que en el momento más inesperado, esa unidad hace crisis desatando fatales consecuencias. En política la sensibilidad está a flor de piel y cuando se le infiere una pequeña y reparable ofensa, la sombre del cisma se proyecta hacia peligrosas ramificaciones.
Este tipo de cismas los ha sufrido el PRI más que cualquier partido político y aquí debe tener mucho cuidado el licenciado Peña Nieto porque hay antecedentes que bien pueden servir de ejemplo para prever.
A raíz de la derrota del PRI con el triunfo del licenciado Vicente Fox, un partido de oposición por primera vez, luego de conservar el PRI el poder más de 70 años, llegó a la Presidencia de la República y lo sacó de la morada oficial de Los Pinos.
Con los seis años de gobierno de Fox, los gobernadores del PRI que eran mayoría en la república, experimentaron un cambio que para ellos fue bonancible. Sintieron de inmediato que se habían liberado del férreo control al que los mantuvo sujeto el mandatario priista en turno que podía echarlos del poder local en el momento que se le antojara e imponía su autoridad en las entidades federativas con absoluto dominio. Nadie chistaba, todos se sometían a lo que mandara y ordena el jefe de las instituciones nacionales. Cuando llegó a la presidencia Carlos Salinas de Gortari, lo primero que hizo fue destituir a varios gobernadores sobre todo a los de los estados donde perdió la elección como el Estado de México y Michoacán.
Cuando el presidente priista le cedió por mandato popular el poder al PAN, los gobernadores priistas fueron verdaderos mandatarios, con absoluta libertad y autonomía para mandar sin las interferencias del pasado. Varios de esos gobernadores actuaron como señores de horca y cuchillo, liberados del yugo constrictor presidencial.
Seis años después, cuando la candidatura de Madrazo, los gobernadores del PRI sintieron que nuevamente podían volver a la sumisión y control del pasado, que estarían otra vez supeditados a los ordenamientos de una voluntad superior y decidieron conservar la autonomía del mando local evitando que el PRI recuperara el poder. Lo consiguieron porque realizaron una labor de zapa y hasta de sabotaje para que Madrazo perdiera la elección y vaya que la perdió tan lastimosamente que fue arrojado al tercer lugar.
Los gobernadores de los estados de filiación priista, van a jugar un papel fundamental en la elección del 2012. Parece que todos están comprometido en apoyar a Peña Nieto, pero hay que recordar que este compromiso también lo contrajeron con Madrazo para que, al final, no ganara en ningún estado de la república por obra y gracia de los gobernadores. Ellos saben bien lo que significa obedecer y condescender con quien tendrá el rango de jefe supremo al que se le obedece, no se le discute. Hay de aquel que lo haga.
Si la unidad prevalece y se mantiene es muy probable que el PRI recupere la Presidencia de la República. Esa unidad también se advierte en el PAN y en el PRD. Josefina Vázquez Mota al triunfar en la elección interna de inmediato recibió el apoyo de quienes fueron sus contrincantes, Creel y Ernesto Cordero. El encuentro de López Obrador con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas de quien recibió público respaldo, es otra muestra más de unidad en esta justa electoral. Los tres serán competitivos, ninguno está derrotado de antemano, hay mucho camino por andar y el que tenga el paso más firme será el triunfador. Por lo pronto el factor unidad iluminará la senda de cada uno de ellos. Ojalá y no se interpongan sombras malévolas, porque en la política, por impredecible, todo es posible.
COLOFON.- Hay que tomar con reservas esa declaración del señor Jorge Aguilar Reyna, presidente del Centro de Agrología "Francisco de Asís", asentado en Tapachula, cuando sostiene que la constante aplicación de agroquímicos a través de la fumigación, ocasiona enfermedades como leucemia y cáncer. La declaración por ligera es alarmista porque el señor Aguilar no es profesional de la medicina que lo autorice a emitir tan tétrico diagnóstico que bien puede afectar la tranquilidad de la gente pobre o de cualquiera que sepa las consecuencias de padecer cáncer. La Secretaría de Salud debería emitir algún comunicado desmintiendo tal aserto porque seguramente muchas personas de los municipios de la zona van a caer en justificada preocupación. Esto de la fumigación data de décadas, desde que existían en la costa los sembradíos de algodón que eran extensos y otros cultivos. Nadie que se recuerde se quejó de los estragos cancerosos de la fumigación porque si así fuera, muchos pueblos costeños ya estarían exterminados pero lejos de eso, las nuevas generaciones se siguen gestando y desarrollando rebosantes de salud.
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