Romeo Ortega López
Fuente: Heraldo de Chiapas

El senador se expresó con suma claridad al denunciar "la forma atroz como los bancos se han llenado los bolsillos, lo han hecho como han querido cobrando las tasas de interés más altas del mundo e imponiendo todo tipo de comisiones que terminan mermando el poder adquisitivo de la gente".
El senador los califica como bancos extranjeros y le asiste toda la razón. Pero además de extranjeros son usureros, sus altas tasas de interés así lo prueba.
Cuando ocurrió aquella farsa de la nacionalización de la Banca en el gobierno de don José López Portillo, lo único que se logró fue abrir las puertas para que el capital extranjero se apoderara de la banca que en buena parte era nacional por lo que resultó una falacia eso de la nacionalización. El resultado fue la bancarrota de la Banca mexicana hasta el grado que para su rescate hubo que dar cauce al infausto Fobaproa que se convirtió en un escaparte de irregularidades y corrupción. Fue allí donde se descubrieron las turbias maniobras de los propietarios de os Bancos Unión, Cremi y Banpaís. López Portillo nacionalizó la banca y Salinas de Gortari la reprivatizó a favor del capital extranjero. A Salinas de Gortari no se le puede criticar con acritud por este hecho porque, después de todo, era imposible sostener a esa banca nacionalizada que no fue más que un abuso de autoridad que puso en jaque al país.
El Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) se creó en 1990 como el organismo encargado de vigilar y garantizar las operaciones de los bancos, para cumplir con tal fin recibía de los bancos y del gobierno federal recursos económicos y podía, bajo reglas específicas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, entregarle a los bancos respaldos económicos por los créditos que hubieran caído en cartera vencida. Con este fondo se garantizaban los depósitos de los ahorradores.
Pero ocurrió la crisis bancaria y el gobierno le cambió a los bancos la cartera vencida por pagarés que no se podían vender en las bolsas de valores y como esto amenazaba con desplomar a los bancos, cuando ya era presidente don Ernesto Zedillo, surgió la propuesta de convertir esos documentos en deuda pública, cuyo pago gravitaría y gravita hasta la fecha sobre las espaldas de los mexicanos.
Los inversionistas extranjeros aprovecharon la descapitalización del sistema financiero mexicano para comprar acciones a precios castigados. Controlan ahora el 26 por ciento. Probursa cambio su nombre a Banco Bilbao Vizcaya, conocido en México como banca Santander. También la injerencia extranjera es relevante en Inverlat, Bital, Bancomer, Banco Alianza y Promex
El senador Velasco al referirse a la extranjerización de la banca mexicana, está hablando con propiedad, como también, con propiedad se refiere a las altas tasas de interés que se cobran a las que tienen que someterse millones de pequeños y medianos empresarios. Los nuevos dueños de la banca hicieron crecer las tasas de interés de manera exorbitante: 25 por ciento en 1992, 14 por ciento en 1993 y 54 por ciento en 1994.
Velasco informa que ya existen mayores controles otorgados al Banco de México para ir en contra de los abusos y la usura de los bancos extranjeros y que en esta regulación se continuará trabajando, desde el Senado, para que de verdad se beneficie a los usuarios de los servicios financieros que se prestan en el país.
No hay duda de que ha tocado un tema interesante, de impacto en el seno de la opinión pública porque las llamadas comisiones se siguen cobrando con exceso. Por la anualidad de una tarjeta de crédito en el presente mes se está cobrando a razón de 520 y 1800 pesos, un aumento del 20 por ciento y no hay quien frene tales abusos. Si alguien se atrasa un día en el pago de su deuda tendrá que pagar una sanción de 280 pesos, además de otras injustas y arbitrarias gabelas.
El senador Velasco por este y otros pronunciamientos, se sitúa al lado del pueblo y el pueblo siente, valora y respalda este apoyo.
COLOFON.-A partir del domingo 15 de enero amable lector, se reinicia la publicación dominical de La Semana Política que tuvo un lapso de suspensión por las fiestas de navidad y año nuevo. Además el 24 de diciembre fue día de descanso obligatorio por lo que el domingo 25 no se publicó El Heraldo, lo mismo ocurrió el 31 de enero cuando el día 1º de 2012 cayó también en domingo. Le informo a un buen número de amigos y lectores que personalmente, telefónicamente o a través de E-mail me interrogan sobre el destino de la columna. Ahora les respondo que a partir del 15 de enero o sea el próximo domingo volveremos, ahora que tan interesante se ha puesto el escenario político de Chiapas.
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